La otosclerosis es una de las causas más comunes de sordera progresiva en adultos jóvenes.
La otosclerosis es el crecimiento anormal de uno de los huesos del oído. En la mayoría de los casos los expertos pueden realizar una operación quirúrgica que restaurará la audición normal.
La enfermedad está relacionada con los tres huesos pequeños del oído medio, en particular el estribo. Una parte del hueso crece de forma anormal. El crecimiento del hueso impide que el estribo vibre normalmente en respuesta al sonido. En esta fase temprana, la persona no se ve afectada.
La otosclerosis suele ser hereditaria, aunque pueden producirse casos aislados. Puede afectar a ambos oídos pero es más común que ataque a un oído más que al otro. La pérdida de audición no tratada suele empeorar progresivamente hasta el final de la madurez cuando se produce la sordera total.
Se dice que la persona más famosa que ha sufrido otosclerosis era Beethoven. La sordera no le permitió oír sus últimas composiciones.
Síntomas
El diagnóstico debe realizarlo un especialista, pero la persona afectada o sus parientes pueden detectar algunos signos.
El ruido de fondo fuerte normalmente se añade a la confusión de las personas con sordera nerviosa, pero en el caso de otosclerosis, esta confusión no se suele producir. Algunas veces, las personas pueden incluso oír mejor en entornos ruidosos, posiblemente debido a la frecuencia y volumen de las voces de otras personas y la otosclerosis tiende a afectar a frecuencias bajas más que en altas.
El ruido de fondo fuerte normalmente se añade a la confusión de las personas con sordera nerviosa, pero en el caso de otosclerosis, esta confusión no se suele producir. Algunas veces, las personas pueden incluso oír mejor en entornos ruidosos, posiblemente debido a la frecuencia y volumen de las voces de otras personas y la otosclerosis tiende a afectar a frecuencias bajas más que en altas.
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